
Aquí estamos los habitantes de este siglo XXI llenando, caminando muros con fusas y corcheas cubriendo caminos en un grito rockero que intenta llegar hasta lo último, derribar todas las murallas, caminar todos los caminos, soñar todos los sueños explorar todos los paisajes pues no han amurallado la utopía. Con todo el respeto que nos merece Pink Floyd no somos esos personajes de la película marchando hacia “la pared”, seguimos puteando, gritando, haciendo pogo no perdonamos, no olvidamos, por los que no están, por los que estarán por este aquí y ahora.
EL ORILLERO…
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